lunes, 2 de noviembre de 2009

Enterococcus y Corynebacterium

Enterococcus
Enterococcus es un género de bacterias del ácido láctico del división Firmicutes. Los miembros de este género eran clasificados como Streptococcus Grupo D hasta 1984 cuando los análisis de ADN genómicos indicaron que un género separado era más apropiado.1
Los enterococos son coco Gram-positivos que se presentan en parejas (diplococos), siendo difícil distinguirlos de Streptococcus sólo en base a sus características físicas. Dos de las especies son comensales en el intestino humano: E. faecalis y E. faecium. El enterococo es un organismo facultativo aerobio, esto es, prefiere usar oxígeno, aunque sobrevive bien en su ausencia.2 Típicamente exhiben gamma-hemolisis en agar sangre de cordero.
Patología
Enterococcus causa importantes infecciones clínicas, incluyendo infección urinaria, bacteremia, endocarditis, diverticulitis y meningitis. Las cepas sensibles de estas bacterias pueden tratarse con ampicilina y vancomicina.3
Desde un punto de vista médico, la característica más importante de este género es su alto nivel de resistencia antibiótica. Algunos enterococos son intrínsecamente resistentes a los antibiótiocos basados en β-lactam (algunas penicilinas y todas las cefalosporinas) y también a muchos aminoglicósidos.4 Desde 1980, han aparecido cepas particularmente virulentas de Enterococcus resistentes a la vancomicina (VRE) en infecciones hospitalarias de pacientes hospitalizados, especialmente en EE.UU. Otros países desarrollados como UK han parado la epidemia, y en 2005, Singapur logró detener una epidemia de VRE. VRE puede tratarse con quinupristina/dalfopristina (Synercid) con respuestas favorables del 70 %.5
La meninguitis por enterococos es una complicación rara en neurocirugía. Suelen requerir tratamiento intravenoso de vancomicina. La vancomicina intratecal es usada a menudo y hay un debate sobre si tiene impacto en el sistema nervioso. La extraccción de cualquier dispositivo neurológico es una parte crucial del tratamiento de estas infecciones.6
Calidad del agua
El nivel aceptable de contaminación en las muestras de agua es muy bajo. Por ejemplo, en el estado de Hawaii, con una de las regulaciones más estrictas de EE.UU., el límite en el agua de las playas es de 7 unidades formadoras de colonias por cada 100 ml de agua.7 En 2004, en las nuevas regulaciones federales de EE.UU. de calidad del agua, Enterococcus spp. sustituye a los coliformes fecales.8


Enterococcus faecalis
Enterococcus faecalis es una bacteria Gram-positiva comensal, que habita el tracto gastrointestinal de humanos y otros mamíferos.1 Como otras spp. del género Enterococcus, E. faecalis puede causar infecciones comprometidas en humanos, especialmente en ambiente de hospital. La existencia de enterococos se potencia porque ha tenido la habilidad de adquirir resistencia a virtualmente todos los antibióticos en uso.
El hábitat normal de estos es el tubo digestivo de animales de sangre caliente. Son indicadores de contaminación fecal, por lo que su presencia en los alimentos indica falta de higiene o defectuosas condiciones de conservación, excepto en alimentos en los que interviene como flora bacteriana natural de procesos fermentativos, como es el caso de quesos, embutidos crudos e incluso productos cárnicos.
Son muy resistentes a condiciones adversas (congelación, desecación, tratamiento térmico, etc.) por lo que son buenos indicadores para valorar las condiciones higiénicas y de conservación de los alimentos congelados y desecados.
Patogénesis
E. faecalis puede causar endocarditis, infecciones de vejiga, próstata, epidídimo; las infecciones de sistema nervioso son menos comunes.
E. faecalis resiste aminoglicósidos, aztreonam, cefalosporina, clindamicina, las penicilinas semisintéticas (nafcilina , oxacilina, amoxicilina y trimetoprim-sulfametoxazole). La exposición a las cefalosporinas es un riesgo particularlmente importante en la colonización

Corynebacterium diphtheriae
El Corynebacterium diphtheriae, también conocido como bacilo de Klebs-Löffler es el bacilo causante de la difteria.
El C. diphtheriae es una bacteria Gram positiva, aerobia, catalasa positiva y quimioorganotrofa, y fue descubierto en 1884 por el patólogo Edwin Klebs y el bacteriólogo Friedrich Löffler.
Morfología
Este bacilo (con forma de bastón recto o ligeramente curvado), no esporulado, no capsulado y carente de movilidad, mide de 1 a 8 µm de largo y de 0,3 a 0,8 µm de diámetro y forman en cultivos agrupaciones ramificadas con la apariencia de ideogramas chinos.

Biotipos
Cuatro biotipos son hoy reconocidos de C. diphtheriae:
• mitis
• intermedius
• gravis
• belfanti
Patogenia
Sólo las cepas toxigénicas producen una potente exotoxina-AB, propiedad que resulta de la conversión lisogénica al quedar la bacteria infectada por un virus bacteriófago. Esta toxina proteica (dosis letal >0,1 µg/kg) es la responsable de la sintomatología clínica de la difteria en Homo sapiens, provocando lesiones en las vías respiratorias, la orofaringe, el miocardio (miocarditis que en ocasiones precede a una insuficiencia cardíaca mortal), el sistema nervioso (con afectación preferente sobre las fibras motoras provocando parálisis) y los riñones en esta especie.
Epidemiología
Desde la introducción de las vacunas contra la difteria, primero las monovalentes y más tarde las combinadas con el toxoide tetánico y con la vacuna antipertusis, la epidemiología de la difteria se ha modificado de forma espectacular. En la actualidad esta infección está prácticamente erradicada de los países industrializados y sólo supone un problema importante en los países en vías de desarrollo. En España, la vacunación antidiftérica se introdujo con carácter obligatorio en 1945, pero no fue hasta 1965 cuando se inició la práctica sistemática de la vacunación antidiftérica, coincidiendo con la aparición en nuestro país de las vacunas combinadas contra la difteria, tétanos y tosferina (DTP). En 1986 se registraron los últimos casos de difteria en España y ello fue posible gracias a las altas tasas de vacunación conseguidas en nuestro país. Así, en el último estudio de seroprevalencia realizado en España en 1996 se obtuvo una tasa de prevalencia del 96% en los niños menores de 10 años. Aunque la situación es muy buena en la edad infantil, las tasas de seroprevalencia en adultos son mucho más bajas, no llegando al 30%. Por tanto, esta baja tasa de protección, unida a los casos importados de Europa del Este, aconseja seguir en nuestro medio una estrecha vigilancia epidemiológica y recomendar la revacunación tanto a los 6 y 14 años de edad como de forma periódica (cada 10 años) durante la edad adulta.
Reservorio
H. sapiens o sea el hombre actual, es el único reservorio conocido de C. diphtheriae (mediante portadores, en general, asintomáticos).
Antibióticos
C. diphtheriae es sensible a muchos antibióticos, como la Eritromicina (bacteriostático) o la Penicilina G Procaína (bactericida).

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